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Vicent Escamilla
Lunes, 22 de Septiembre de 2025 Tiempo de lectura:

El vino se juega su futuro en la ONU este 25 de septiembre: patrimonio cultural o mera bebida alcohólica

En Nueva York, la ONU debatirá sobre salud y prevención. Para el vino, será también un examen decisivo de su lugar en la sociedad y en la cultura global. Declaración completa en pdf adjunto.

El próximo 25 de septiembre, en Nueva York, la Asamblea General de Naciones Unidas celebrará su 4ª reunión de alto nivel sobre la prevención y control de enfermedades no transmisibles, con especial atención a la salud mental y al bienestar. En este escenario, el vino aparece en el centro de un debate crucial: ¿puede abordarse la prevención sanitaria sin borrar de un plumazo ocho milenios de cultura, tradición y vínculos humanos asociados a su consumo?

 

La Academia Internacional del Vino (AIV) ha hecho público un llamamiento dirigido a los jefes de Estado y de Gobierno presentes en la ONU con motivo de su 80º aniversario. El mensaje es nítido: reducir el vino a una molécula de alcohol y considerarlo únicamente como droga supone desnaturalizarlo, ignorar su dimensión cultural y social y, en definitiva, poner en riesgo un patrimonio universal.

 

Cultura frente a prohibición

En su declaración, la AIV recuerda que el vino forma parte de la historia de la humanidad desde hace 8.000 años. Es vínculo con la tierra y con los paisajes, lenguaje universal que une territorios tan distintos como Georgia y Grecia, Oregón y Toscana, Francia y Nueva Zelanda. Para la Academia, desnormalizar el vino sería “aniquilar un legado, patrimonio de la humanidad”, que expresa paciencia frente al tiempo, humildad ante la naturaleza y voluntad de convivencia.

 

La institución insiste en que, consumido con moderación, el vino no solo es parte de la dieta y de la cultura del gusto, sino también de un estilo de vida ligado a la mesura, la socialización y la transmisión intergeneracional de saberes. “Preferimos la degustación al abuso”, subrayan sus miembros, que ponen la educación como única vía para prevenir excesos y reforzar la libertad responsable del consumidor.

 

El ángulo científico

El manifiesto cita un informe de la NASEM (Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos), que concluye que el consumo moderado se asocia a una menor mortalidad por todas las causas respecto a la abstinencia. Sin embargo, la AIV señala la ausencia de ensayos aleatorios a gran escala que permitan confirmar estas conclusiones con base sólida. La petición es clara: no cerrar el debate científico y evitar simplificaciones que nieguen la complejidad del vínculo entre vino y salud.

 

Llamamiento a los líderes mundiales

Con todo ello, la AIV reclama a los mandatarios un enfoque equilibrado: combatir los abusos, pero reconocer la moderación; proteger la salud pública, pero sin negar la dimensión cultural del vino; prevenir riesgos, pero sin arrasar tradiciones y paisajes que forman parte de la identidad de muchos pueblos. En palabras de su presidente, Guillaume d’Angerville, y de su canciller, Véronique Sanders, preservar el vino significa defender una civilización, un arte de vivir y un patrimonio vivo que la humanidad ha transmitido durante milenios.

 

La declaración no elude las responsabilidades del sector. Reconoce la necesidad de proteger a los vulnerables, de educar en la mesura y de afrontar desafíos contemporáneos como el cambio climático, la biodiversidad, la captura de carbono o la reducción de tratamientos fitosanitarios. La AIV se presenta así como un espacio independiente de gobiernos y lobbies, donde productores, científicos, sumilleres y periodistas de veinte países reflexionan sobre cómo mantener viva la calidad, la sostenibilidad y la dimensión cultural del vino en un mundo en transformación.

 

El 25 de septiembre, en Nueva York, la ONU debatirá sobre salud y prevención. Para el vino, será también un examen decisivo de su lugar en la sociedad y en la cultura global.

DECLARACIÓN COMPLETA EN ESPAÑOL AQUÍ

 

Pertenece a la edición 3695 Enoturismo

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