La ciencia sitúa al vino en el contexto de la salud: segunda edición del congreso internacional “Lifestyle, Diet, Wine & Health”
Investigadores internacionales reivindican una visión integral de la salud basada en hábitos, no en prohibiciones; donde se apueste por el rigor científico frente a discursos polarizados
Se presentó el estudio europeo UNATI, el primero en el mundo diseñado para determinar científicamente si la eliminación total del alcohol es realmente más saludable que el consumo moderado de vino dentro de un estilo de vida mediterráneo.
Del 26 al 28 de marzo, Roma se convirtió en el epicentro del debate científico sobre el papel del vino en la salud pública. La segunda edición del Congreso Internacional “Lifestyle, Diet, Wine & Health” reunió a investigadores de primer nivel procedentes de universidades y centros de referencia a nivel mundial para analizar, con rigor y perspectiva integradora, la relación entre estilos de vida saludables, Dieta Mediterránea y consumo moderado de vino. Promovido por el Wine Information Council (WiC), el Instituto per la Ricerca su Vino, Alimentazione e Salute (IRVAS) y el programa europeo Wine in Moderation, el encuentro reafirmó el compromiso del sector vitivinícola con la investigación científica y la promoción de hábitos responsables.
Uno de los momentos clave del congreso fue, sin duda, la presentación oficial del estudio europeo UNATI (University of Navarra Alumni Trialist Initiative), liderado por el catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra, el profesor Miguel A. Martínez-González. Este ensayo clínico, financiado por el European Research Council (ERC), se erige como el primero en su género en abordar de forma aleatorizada y controlada una de las cuestiones más debatidas en la epidemiología contemporánea: ¿es realmente más saludable eliminar por completo el consumo de alcohol que mantener una ingesta moderada de vino en el marco de una Dieta Mediterránea?
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Con una muestra de más de 10.000 adultos entre 50 y 75 años, el estudio UNATI aspira a aportar respuestas científicas sólidas y definitivas. “Es el primer ensayo en el mundo específicamente diseñado para determinar científicamente si la eliminación total del alcohol es realmente más saludable que el consumo moderado de vino dentro de un estilo de vida mediterráneo”, explicó Martínez-González durante su intervención. En su opinión, reducir este debate a dicotomías simplistas no refleja la complejidad del vínculo entre alimentación, salud y cultura. “Ya sabemos que la Dieta Mediterránea, combinada con ejercicio físico regular y hábitos saludables, reduce significativamente el riesgo de infarto, ictus, diabetes y mortalidad global. Ahora queremos saber si el vino, consumido con moderación y en contexto, suma o resta en esa ecuación”, añadió.
El carácter innovador del estudio y su potencial impacto en futuras guías dietéticas europeas lo convirtieron en el foco de atención del evento, marcando un hito en la investigación sobre vino y salud. Pero no fue la única contribución destacada.
Desde la Universidad de Harvard, el profesor Luc Djoussé, experto en medicina interna y nutrición, recordó que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte y discapacidad en los países desarrollados, a pesar del avance en tratamientos biomédicos. En este escenario, destacó la necesidad de reforzar estrategias preventivas basadas en factores de estilo de vida modificables. “Hábitos como una dieta saludable, la práctica regular de ejercicio, un descanso adecuado y el consumo moderado de alcohol (en ausencia de contraindicaciones clínicas) pueden desempeñar un papel clave en la prevención de enfermedades como la hipertensión, la dislipidemia o la diabetes tipo 2”, afirmó.
La aportación de la profesora Iris Shai, de la Universidad Ben-Gurion del Negev (Israel), completó el panorama con evidencia derivada de ensayos clínicos llevados a cabo en diferentes países. Su investigación se centra en la llamada “Green Mediterranean Diet”, una variante que potencia el aporte de polifenoles a través de alimentos como las hojas verdes (entre ellas el mankai), el té verde, las nueces y un consumo reducido de carne roja. Según Shai, este patrón alimentario ha mostrado efectos positivos sobre la pérdida de peso, la salud cardiometabólica y la reducción de grasa hepática. En su intervención, subrayó el papel de los polifenoles del vino tinto como compuestos bioactivos con capacidad para modular procesos metabólicos clave.
Los resultados presentados por Shai refuerzan una de las conclusiones principales del congreso: la salud no depende de un único alimento ni nutriente aislado, sino de una interacción compleja de elecciones dietéticas informadas, actividad física constante y factores culturales. En este sentido, el vino, tradicionalmente asociado a la cultura mediterránea, debe ser considerado (cuando su consumo es moderado y responsable) dentro del conjunto de prácticas que configuran un estilo de vida saludable.
Esta mirada holística fue también defendida por el presidente de IRVAS, el profesor Attilio Giacosa, quien valoró la calidad científica y la pluralidad de enfoques del encuentro. “Este congreso ha sido un momento crucial de diálogo entre ciencia, cultura y salud pública. Hemos contribuido a crear un foro riguroso en el que el vino ha sido analizado en su contexto natural: el de la Dieta Mediterránea y los estilos de vida equilibrados”, señaló. Según Giacosa, sólo desde una evaluación científica, integrada y personalizada es posible superar los discursos polarizados que suelen dominar el debate público sobre el alcohol.
La Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), partner oficial de esta edición, reforzó con su presencia el compromiso del sector vitivinícola con la divulgación científica. Su presidente, el doctor Ramón Estruch, fue el encargado de presentar las conclusiones del congreso, subrayando que la promoción de la salud exige una perspectiva global. “No existe un alimento milagroso ni un enemigo único. La clave está en construir hábitos saludables y sostenibles, donde la Dieta Mediterránea sigue siendo una de las propuestas más validadas científicamente. En este marco, el consumo moderado de vino puede tener un lugar, siempre en consonancia con las características individuales y las recomendaciones médicas”, concluyó.
El congreso “Lifestyle, Diet, Wine & Health” se consolida así como una cita de referencia internacional, donde confluyen la investigación médica, la ciencia de la nutrición y la cultura del vino. Tras su primera edición en Toledo, el paso por Roma no solo ha servido para avanzar en conocimiento, sino también para fortalecer redes de colaboración entre investigadores y entidades comprometidas con la salud pública y el consumo responsable.
Con el arranque del estudio UNATI y la evidencia presentada por expertos como Martínez-González, Djoussé o Shai, se abre una nueva etapa en la comprensión del papel del vino en la prevención de enfermedades crónicas. Un camino que exige rigor, ciencia y una visión abierta a la complejidad, pero que podría redefinir, con respaldo empírico, el lugar del vino en un estilo de vida saludable. El sector vitivinícola, consciente de su responsabilidad, sigue apostando por el conocimiento como principal herramienta para avanzar hacia un futuro más saludable y equilibrado.
Más información en https://lifestyle-wine-congress.com/











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